Este fin de semana aterriza en los cines españoles Die My Love, la adaptación cinematográfica de la despiadada y luminosa novela Matate, amor de Ariana Harwicz. Dirigida por la escocesa Lynne Ramsay — que ya había impuesto su mirada nerviosa en trabajos como You Were Never Really Here (En realidad, nunca estuviste aquí) — la película fue presentada en la Competición Oficial del Festival de Cannes 2025.
El reparto conjura lo mejor del cine contemporáneo: Jennifer Lawrence encarna a Grace, una mujer que se adentra en un abismo tras el parto; Robert Pattinson interpreta a Jackson, su pareja que muda su vida a la América rural.
Y mientras las críticas se dividen por su estética fragmentaria, visceral y sin concesiones, la obra alimenta ya un aura de película extraña, incómoda, necesaria.
Pero antes de asistir al visionado, te recomendamos sumergirse en su origen literario: el audiolibro de Matate, amor ya está disponible en Audible. Un modo excelente de conocer la materia prima, de prepararse para el impacto, o simplemente de enfrentarse a la historia sin necesidad de pantalla.
El audiolibro: sumergirse en la oscuridad de la prosa
La novela de Harwicz se erige como un canto de venganza —y de destrucción— frente al mandato de la maternidad, frente a la domesticación del deseo, frente al mandato social de «amar sin límite». Con frases que rezuman rabia y hastío, la protagonista sin nombre narra su descenso, su animalidad, su ultraje ante la vida que le imponían otros. La autora lo dice sin tapujos: «Escribí Matate, amor con ánimo de venganza…».
La enfermedad que se describe no es la tristeza amable, sino más bien una fisura interna: el vínculo materno que se resquebraja, el cuerpo que se torna ajeno, la voz que se convierte en grito. Una novela dura, visceral, incómoda, que es imposible que te deje indiferente.
En formato audiolibro, esa experiencia adquiere otro tono: los silencios se sienten, las metáforas punzan, y la voz de la narradora envuelve una voz femenina en rabia, culpa, deseo, abandono.
La película: un descenso estético hacia el abismo materno
Lynne Ramsay adopta ese material y lo convierte en cámara al hombro del alma. Desde el inicio, Grace y Jackson se mudan a una vieja casa en medio de la nada: lo que prometía libertad se revela como trampa. El silencio, la intimidad, el aislamiento —todo se vuelve territorio hostil. La maternidad aquí no es pastel ni apaciguamiento: es territorio de conflicto, de animalidad, de carne y leche derramadas. Jennifer Lawrence se arrastra, ríe histérica, llora con gestos que parecen arrancados del cuerpo y no de la convención cinematográfica.
La película juega con la metáfora visual: gotas de leche, pintura negra, carretillas en la nada, lapsos de música y silencio. Y en medio de esa epidermis de horror y deseo, el posparto se convierte en asalto, en campo de batalla.
Die my love no es una película amable, es más bien desconcertante.
¿Por qué ver y escuchar Matate, amor?
Porque el audiolibro te da el ritmo interno de la prosa de Harwicz, una voz que no se adecua, que muerde.
Porque la película transforma ese ritmo en imágenes, sonidos, cuerpos que se desgajan.
Porque ambas juntas te ofrecen una experiencia completa de lo que significa enfrentarse a la fantasía de la maternidad y su reverso.
Pero también porque solo si estás dispuesto a mirar lo incómodo vas a poder entrar. Si prefieres lo más liviano, quizá debas esperar otra propuesta.
Recomendaciones finales: otros libros que exploran el lado oscuro de la maternidad
Si la historia de Harwicz y su trasladado al cine te resuenan, te sugerimos algunos títulos para continuar indagando:
Las raíces emocionales de un crimen nacido en el vínculo materno y en una familia marcada por el silencio.
Aunque distinta en tono, esta novela narra la maternidad encerrada y la transferencia del horror al vínculo con el hijo.
Un retrato descarnado sobre la ambivalencia materna, el deseo de huir y la culpa persistente, narrado con la precisión quirúrgica y emocional que caracteriza a Ferrante.
Maternidad como territorio de desgarro y misterio, donde el insomnio, el miedo y la memoria modelan un universo íntimo tan bello como inquietante.









