Primer contacto

Andrés Edán solo quiere rendir su examen de Matemáticas y convertirse en artista, pero lo que comienza como un día más en el colegio se transforma en una aventura cósmica cuando descubre que su mejor amigo esconde una verdad inquietante. De repente, Andrés se ve envuelto en una misión secreta de la cual él es la clave para evitar la invasión de una civilización extraterrestre.

Elisa Esposito es una joven que quedó muda debido a una lesión en el cuello sufrida de niña, y se comunica usando la lengua de signos. Vive sola en un apartamento encima de una sala de cine y trabaja como limpiadora en un laboratorio secreto del gobierno en Baltimore durante la Guerra Fría a principios de la década de 1960. La instalación recibe un tanque lleno de agua dentro del que hay una criatura que ha sido capturada en un río sudamericano por el coronel Richard Strickland. Curiosa, Elisa descubre que la criatura es un anfibio humanoide.

Un hombre. La gata de su ex. Un concurso de corte sádico único en el universo, donde habrá que matar enemigos de la forma más televisiva posible para escapar de la mazmorra. En un abrir y cerrar de ojos, todas las construcciones que ha levantado el ser humano sobre la faz de la Tierra, desde el palacio de Buckinham hasta la más humilde de las chozas, se desploman y se las traga el suelo.

En una pequeña y modesta tienda de antigüedades, el dueño se topa con un huevo de cristal muy peculiar. Pero este no es un simple objeto decorativo; dentro de él se oculta un portal a otro mundo. Mientras la frontera entre nuestro mundo y el desconocido se desdibuja, el dueño de la tienda comienza a perderse en los secretos que guarda ese misterioso objeto.

Cuando el mundo se derrumba, lo esencial emerge. Esta novela de ciencia ficción es mucho más que una historia sobre marcianos. Es una metáfora profunda sobre cómo reaccionamos cuando todo lo que creemos seguro desaparece. En La guerra de los mundos, la Tierra es invadida por una fuerza desconocida, superior, imparable. Las ciudades caen, el orden social desaparece, y los personajes deben enfrentarse al caos, al miedo y a su propia fragilidad.

Cuando la embajadora Mahit Dzmare llega al centro del multisistema imperio teixcalaanlí, descubre que su predecesor, el anterior embajador de su pequeña y ferozmente independiente estación minera, ha muerto en extrañas circunstancias. Y nadie parece dispuesto a admitir lo innegable: su muerte no ha sido accidental y ella podría ser la siguiente.

Escrito en 1927, es considerado uno de los mejores cuentos de horror de todos los tiempos. La historia es contada en primera persona por un ingeniero encargado de hacer un estudio para edificar un embalse en un remoto paraje llamado Arkham. Allí encuentra un área de terreno denominada "landa maldita" que es distinta a todas y que le causa extrañas y poco agradables sensaciones. Un anciano vecino del lugar le explica que el motivo del estado de esa parcela es que un meteorito se estrelló cerca de una granja liberando un ser extraño que se escondió en el fondo del pozo.

Un fallido experimento científico ha provocado la desaparición de gran parte de la humanidad y la destrucción de la mayoría de las ciudades. En este mundo desolado, Hoshi regresa a la vieja casa donde creció para reencontrarse con el misterio que rodea la memoria de su padre. ¿Es cierto...

En medio de esta lucha cósmica, Consortium67 envía a sus emisarios—gatos inteligentes, mejorados con inteligencia artificial—a la Tierra en una audaz misión de primer contacto. Los riesgos son altos mientras estos felinos mejorados con IA navegan los desafíos de nuestro planeta y se enfrentan a fuerzas hostiles de todo el universo. ¿Podrá Consortium67 mantener sus principios, o se verá obligado a comprometerlos frente a amenazas crecientes?

Corre el año 2003. Jesús y Juan despiertan con la noticia de un terremoto que ha sacudido a Nuevo México; el más grande registrado en la historia de la humanidad. Lo que aparentemente parece un suceso aislado, se convertirá en el punto de partida de una vorágine que desestabilizará a todo...

¿Qué pasaría si un inocente juguete dinamitara nuestra noción de libre albedrío? ¿Y si fuera posible ponerse en contacto con versiones de nosotros mismos en otras líneas temporales? Si creáramos mascotas virtuales provistas de una inteligencia artificial que les permitiera aprender como...

No tan lejos en el futuro, tal vez en algún momento a principios del siglo XXI, varias razas de extraterrestres interestelares han hecho contacto con la Tierra por radio taquiónica y, en lugar de enviar naves estelares o construir agentes androides, han adaptado un recurso natural. para sus fines: los seres humanos. Y a la mayoría de la raza humana no le importa esto, porque los extraterrestres tienen mucho conocimiento que ofrecer a cambio.

En la oscura noche del 2 de julio de 1947, cuando una tormenta eléctrica rugía en lo más profundo del desierto de Nuevo México, Roswell se convirtió en el epicentro de un acontecimiento celestial que cambiaría para siempre el curso de la historia. La narrativa comienza con el granjero Mac Brazel tropezando con los restos de algo inexplicable en su propiedad, desatando una cadena de eventos que arrastrarán a dicha localidad a la penumbra de la incertidumbre.

Dentro de dos semanas llegan a la tierra 98 jóvenes del planeta Ish, a 4.3 años luz Llevan viajando 239 años, buscando un lugar en el universo donde vivir y evitar que su raza se extinga. Su única posibilidad es el planeta azul. Huyen de la facción violenta de su planeta, los ADIS o adoradores de Ish, que quieren colonizar todos los planetas habitables del universo, entre ellos el planeta azul. Los ADIS han enviado un robot de avanzadilla a la tierra, que ha pedido al gobierno americano que vacíe todo el continente, porque lo ocuparán ellos cuando lleguen en 4 años.

¡Sigue enamorándote del fenómeno editorial intergaláctico con más de 3 millones de ejemplares vendidos! Liz Cramer jura que encontrará una manera de escapar del planeta alienígena en el que está atrapada… pero cuando conoce a Raahosh, un alien con pésimo carácter y que, además, nunca la deja sola, ya no está tan segura de querer irse. Doce humanas quedaron varadas en un planeta de hielo y yo soy una de ellas. Bien por mí. Para sobrevivir tuvimos que adoptar un khui al que me gusta llamar «bicho», un simbionte que está cambiando nuestros cuerpos para que se adapten a esta atmósfera hostil.