John Griffith London nació en San Francisco el 12 de enero de 1876. Hijo de un astrólogo ambulante, al que no conoció. Su madre era espiritista; se casó con John London unos meses después del nacimiento del niño, de quien el escritor tomó el apellido. Realizó estudios secundarios mientras trabajaba. London fue una gran autodidacta. Se formó leyendo incansablemente libros en la biblioteca pública de la ciudad. Realizó multitud de oficios que le resultaron muy útiles para sus novelas. En 1897 viajó a Alaska, en plena fiebre del oro. De regreso a su ciudad natal, comenzó a escribir los relatos de sus viajes. Su vida fue azarosa, llena de contradicciones; agitador político, dado al alcoholismo, con fracaso en sus dos matrimonios. London llegó a ser el escritor de más éxito de su país. Dilapidó grandes sumas de dinero. Escribió medio centenar de obras. Murió en 22 de noviembre de 1916 en Glen Ellen (California) a los 40 años, de una urémia. Hay biógrafos que aseguran que se suicidó de una sobredosis de morfina.

Desde su publicación hace más de cien años, “Amor a la vida” ha inspirado multitud de críticas y análisis. Esta magnífica historia es un torbellino de temas, ideas, y mensajes, entre todo ello, el sencillo alegato del triunfo de la voluntad por vivir del hombre, y el más complejo tema del atavismo, temas que fueron recurrentes a lo largo de toda la vida literaria de London. El libro comienza con dos hombres marchando a pie por las planicies canadienses, uno de ellos sufre la rotura de un tobillo, y es abandonado por su compañero, con sus escasas pertenencias y un saco indio con oro, polvo y nueces. Abandonando su oro por la imposibilidad de cargarlo, sigue el cauce de un río hasta el Océano Ártico. “Amor a la vida” estuvo acompañada por una acusación de plagio, y hasta captó la atención de Vladimir Ilyich Lenin. En efecto, la esposa de Lenin le leyó “Amor a la vida”, cuando éste reposaba en la cama, agonizante. La historia encantó a Lenin, que murió el 21 de enero de 1924, dos días después de escuchar “Amor a la vida”.