La canción del fin del mundo será de Black Metal

Menudo viaje. El mundo no terminará con una explosión, no, pero tampoco con un lamento: será con el grito de ahogo de una garganta enloquecida. "Corpsepaint" es un viaje a las tinieblas protagonizado por dos músicos de Black Metal: el egoísta y miserable adicto Max (o Strigoi), intentando reverdecer los laureles que consiguieron los tres primeros álbumes de su banda Angelus Mortis, y el joven batería Roland, contratado por el primero para grabar lo que debería ser el "split" que le devolverá la gloria. Strigoi ha sido contratado para grabar un álbum en una zona remota de Ucrania junto a la banda Wisdom of Silenius, liderada por Seph, cabeza además de una organización que se prepara para la llegada de la guerra definitiva.
Por lo que leo, David Peak se ha informado soberanamente sobre muchas de las inquietudes de esta escena musical: el nihilismo y la angustia apocalíptica están bien presentes en sus páginas, pero no es para nada necesario ser un conocedor del mundo del metal para disfrutar de su contenido (créanme, se lo dice alguien que cuando llega a casa lo que escucha son a gente como Roxy Music o la Human League). Porque en el conviven el terror cósmico -en una versión que casi podría definirse como "virus filosófico"- y el folk horror. De cadencia reposada, es una lectura desasosegante como pocas, impredecible, tremendamente satisfactoria de un modo difícil de explicar. Enlaza con la oscuridad que tal vez el lector también lleve en su interior, y termina por provocar un frío terrible, palpándose el viento helado de las montañas donde sucede gran parte de la historia. Muy recomendable.

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