Muchos creen que la forma en que tratan a sus cuerpos no tiene relación con su caminar con Dios. No hacen ejercicio regularmente ni comen alimentos saludables. Tampoco es una prioridad. La espiritualidad, sí lo es; la salud física, no. Sutilmente han colocado una pared entre las dos. En Gálatas 5:23, una manifestación del fruto del Espíritu Santo es el dominio propio (Gálatas 5:23). Los cristianos deben exhibir dominio propio en todas las áreas de la vida, incluida la alimentación y la actividad física. Muchos, sin embargo, hacen una excepción para el dominio propio en el área de la salud física. Dios nos ha llamado a ser buenos mayordomos de nuestros cuerpos. Como mayordomos. Tenemos la responsabilidad ante Dios y los demás de cuidar nuestros cuerpos. Durante tiempos de mala salud por el descuido de mi cuerpo, Dios me ha revelado principios clave que conducen a la vida en victoria. Solía pensar que estaba bien dormir lo menos posible. Ya no. Dios nos ha diseñado a cada uno de nosotros para funcionar mejor con suficientes horas de sueño, con la nutrición y el ejercicio adecuados. Dios se interesa por el templo que nos ha dado. A lo largo de los años, Dios ha marcado estas prioridades en mi alma a través de la escuela de los golpes duros. Él también me ha dado una mayor victoria a través de ellos.