¡Un bestseller del New York Times! 2019 ha sido el último gran año para la economía mundial. Durante generaciones, todo se ha ido haciendo más rápido, mejor y más barato. Finalmente, llegamos al punto en que casi cualquier cosa que pudiera desear podría ser enviada a su casa a los pocos días -incluso horas- de haber decidido que la quería. Estados Unidos hizo que eso sucediera, pero ahora ha perdido el interés en mantenerlo en marcha. Las cadenas de suministro que abarcan todo el mundo solo son posibles con la protección de la marina estadounidense. El dólar estadounidense sustenta los mercados energéticos y financieros internacionalizados. Se crearon industrias complejas e innovadoras para satisfacer a los consumidores estadounidenses. La política de seguridad estadounidense obligó a las naciones en guerra a deponer las armas. Miles de millones de personas han sido alimentadas y educadas a medida que el sistema comercial dirigido por Estados Unidos se extendía por todo el mundo. Todo esto fue artificial. Todo esto fue temporal. Todo esto se acaba. En El fin del mundo es solo el comienzo, el autor y estratega geopolítico Peter Zeihan traza el mapa del próximo mundo: un mundo en el que los países o regiones no tendrán más remedio que fabricar sus propios bienes, cultivar sus propios alimentos, asegurarse su propia energía, librar sus propias batallas, y hacerlo todo con poblaciones que están disminuyendo y envejeciendo. La lista de países que hacen que todo funcione es más pequeña de lo que cree. Lo que significa que todo lo relacionado con nuestro mundo interconectado -desde cómo fabricamos los productos hasta cómo cultivamos los alimentos, pasando por cómo mantenemos la luz encendida, cómo transportamos las cosas y cómo pagamos por todo ello- está a punto de cambiar. Al estilo habitual de Zeihan, en lugar de gritar fuego en el teatro geoeconómico, narra la acumulación de cerillas, gasolina y dinamita en las manos de la ignorante audiencia, sugiriendo?que tal vez queramos llamar a los bomberos. Un fin del mundo. Un mundo que empieza. Zeihan lleva a los lectores en un viaje esclarecedor (y un poco aterrador) repleto de previsión, ingenio y su irreverencia característica.