Para muchas marcas, conectar con el público siempre ha sido un gran reto. Y durante mucho tiempo, sólo había una forma de hacerlo: la publicidad. Y aunque había todo tipo de publicidad, no había realmente interacciones entre las empresas y los consumidores. Era una comunicación unidireccional, un auténtico monólogo.

Cuando entramos en la era digital, las cosas empezaron a cambiar significativamente. Hoy, los consumidores tienen un mayor poder de influencia sobre las empresas. Las marcas se enfrentan al reto de mejorar y superar a sus competidores. Cada una de ellas intenta comunicarse a través de diferentes canales, producir contenidos más valiosos y añadir un toque más personalizado para establecer una mejor conexión con los clientes. Aquí es donde entra en escena la narración transmedia.

La narración transmedia nos permite crear una experiencia a través de muchas plataformas y formatos diferentes que pueden llegar a una audiencia más amplia y crear más profundidad en la trama y el argumento general.

El contenido de la historia se crea mediante diferentes técnicas para que pueda atraer a diferentes tipos de personas. La calidad interactiva y la profundidad del mundo de la historia sirven para desarrollar fuertes conexiones con el público. La narrativa transmedia crea así múltiples posibilidades que sacia nuestra humana curiosidad y hace volar nuestra imaginación, mientras que los finales abiertos nos permiten trabajar en el rompecabezas y sacar nuestras propias conclusiones.