Tras llegar a un colapso emocional por no sentirse seguro de sí mismo y creer que todos estaban en su contra, Max finalmente llega a una conclusión; tiene que cambiar su realidad y permitir que sus heridas sanen. Han pasado cinco años desde la muerte de su madre y sabe que es hora de dejarla ir y recordarla con amor, en su búsqueda emocional muchas preguntas salen a flote e intentará responder cada una de ellas, a pesar de estar rodeado de personas que lo aman, para él no es suficiente porque siente que no está dando lo mejor. Sus estudios universitarios quedaron pausados porque no era su pasión la carrera que estaba estudiando, encerrado en sus cuatros paredes y con una loca idea de lo que es el amor, se le ocurre comprarse una bicicleta y dejar el encierro. En este nuevo pasatiempo se siente conectado con la naturaleza y con el mismo, poco a poco comienza a comprender que todo lo que ha pasado en su vida no es tan malo como pensaba y que está bien sentirse triste, cansado, enojado y derrotado. Un lunes por la mañana recibe una llamada, era la oportunidad de ser feliz que tenía meses intentando comunicarse con él, venía para ayudarlo y unirse en sus aventuras en bicicleta. Cada noche se sentiría menos triste y cada vez que volviera a despertar la vida le mostraría nuevas razones para sonreír y seguir adelante, desde el amor propio volviendo a florecer Max tendría herramientas para saber enfrentar las siguientes pruebas que se le presenten. Una intensa y brillante experiencia personal capaz de procesar y sanar heridas con la certeza de que a pesar de la oscuridad, muy a fondo las ganas de estar bien sería la fuerza necesaria para pedalear y llegar muy lejos en el viaje de la vida.