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Intenté dormir de nuevo: ¡ imposible !, una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca. El Monte de las Animas - Atad los perros; haced la señal con las trompas para que se reúnan los cazadores, y demos la vuelta a la ciudad. La noche se acerca, es día de Todos los Santos y estamos en el Monte de las Ánimas. ¡En esa capilla ruinosa! ¡Bah! ¿Quieres asustarme? No, hermosa prima; tú ignoras cuanto sucede en este país, porque aún no hace un año que has venido a él desde muy lejos. Refrena tu yegua, yo también pondré la mía al paso, y mientras dure el camino te contaré esa historia.

El conde de Montecristo es una novela de aventuras de Alexandre Dumas, considerada como uno de los mejores clásicos de todos los tiempos. La novela explica la historia de Edmond Dantes, un joven marinero que, tras ser traicionado, es condenado a cumplir una injusta condena en la prisión del castillo de If. Tras catorce años de encierro, soledad y desespero, consigue escapar para emprender la búsqueda del tesoro escondido en la isla de Montecristo y así vengar su encarcelamiento.

Ésta es sin duda, la novela de aventuras más famosa de la historia de la literatura. El joven Edmundo Dantés llega al puerto de Marsella, feliz por poder ver a Mercedes, de la que está enamorado. Pero otros pretendientes de Mercedes, van a hacerle la vida imposible, consiguiendo que el mismo día de la boda sea detenido, acusado de traición al rey y enviado directamente a la terrible prisión del castillo de If.

En Sandaili, una humilde ermita excavada en la roca, ha aparecido el cuerpo mutilado de una mujer asesinada mientras practicaba un antiguo rito de fertilidad. Su torso ha sido abierto y vaciado y las manos han sido colocadas a ambos lados de su abdomen en actitud de entrega. La escena reproduce, con macabra exactitud, las figuras de los apóstoles que Oteiza esculpió en la fachada de la basílica de Arantzazu. Las pruebas señalan que alguien realizó una copia de su rostro en el momento de su muerte.

Andalucía, 1587. En medio de un pueblo arrasado por la peste, uno de los comisarios de abastos del rey Felipe II encuentra a un niño que aún se aferra a la vida. Arriesgando su carrera, lo rescata de las garras de la muerte y lo lleva a Sevilla, sin poder imaginar lo que acabará suponiendo ese acto.