Títulos en Antologías y relatos breves

Audiolibro de relatos que mezcla la imaginación y el ingenio de su autor, el afamado autor Jordi Sánchez, protagonista de ficciones como La que se avecina. Con un afilado sentido del humor no exento de crítica, repasa su vida, su carrera en la interpretación y la dramaturgia y su relación con el arte sin dejar de perder de vista los absurdos de nuestro día a día. Un delicioso libro que habla de tú a tú a autores como Eduardo Mendoza, Elvira Lindo o Jardiel Poncela.

Cuando despertó se sentía mejor de lo que se había sentido en muchas semanas: simplemente no se sentía enfermo. Se apoyó un momento en el marco de la puerta que separaba su dormitorio y el baño hasta que estuvo seguro de que no se había mareado. Ni siquiera un poco, ni siquiera cuando se puso a buscar una zapatilla debajo de la cama.

Novelista inglés, Kipling escribió novelas, poemas y relatos ambientados principalmente en la India y Birmania durante la época de gobierno británico.

E. F. Benson fue novelista, biógrafo y escritor de cuentos de terror.

En 1897 viajó a Alaska, en plena fiebre del oro. De regreso a su ciudad natal, comenzó a escribir los relatos de sus viajes.

Conrad influyó de manera decisiva en la novela moderna y es considerado como uno de los más grandes escritores modernos en lengua inglesa, cuya obra explora la vulnerabilidad y la inestabilidad moral del ser humano.

Quiroga fue, quizás, el más importante creador latinoamericano de relatos breves.

Durante su vida, Mary Shelley fue tomada en serio como escritora. A su muerte, sin embargo, fue principalmente recordada como la esposa de Percy Bysshe Shelley y autora de una solo obra: Frankenstein. En décadas recientes, la reedición de casi todas sus obras ha ocasionado un mayor reconocimiento de su valor, reconociéndola como una de las principales figuras del romanticismo.

Howard es, junto conJ.R.R. Tolkien uno de los más influyentes escritores de la fantasía heroica moderna. De su obra de horror, la más destacada es Palomos del Infierno.

Nikolai Vasilievich Gogol nació el 20 de marzo de 1809, en Sorochinez, una pequeña aldea de Ucrania, en el seno de una familia acomodada. En 1828 se trasladó a Petersburgo, donde trabajó en la Administración zarista.

El marqués de Bradomín siendo un hombre joven viaja por mar desde Londres a Mexico, para olvidarse de unos amores desafortunados y allí conoce a la niña Chole, una hermosa criolla de la que se enamora perdidamente. Todo su interés se obsesiona en intentar seducirla. Cuando pasan su primera noche juntos, ella le confiesa que está intentando escapar del que era su padre y amante, el general Bermúdez. Advierte a Bradomín que si les pilla les matará a los dos.

Cuando le encuentran deambulando erráticamente por la zona del pantano en estado de shock amnésico, Randolph Carter intenta explicar la desaparición de su compañero, el ocultista Harley Warren. Warren había prohibido a Carter ver un libro que tiene, escrito en un idioma desconocido y del que deduce que existen puertas o escaleras entre la superficie del mundo y el inframundo, a través de las cuales viajan los demonios.

Publicada en 1908, “Hacer un fuego” (“To Build a Fire”) está considerada la mejor historia corta de Jack London. Cuenta una historia engañosamente simple. Un hombre decide salir a caminar solo en un día en el que la temperatura es de - 45 ºC. Es un buscador de oro inexperto, recién llegado al Yukón. El hombre decide salir solo aunque los viejos pobladores le advirtieron de que la primera y única ley del invierno en el Yukón es que nunca se sale sin un compañero.

"Fue durante los primeros días en Fiji, cuando John Starhurst se levantó en la casa de la misión en Rewa Village y anunció su intención de llevar el evangelio por todo Viti Levu. Ahora Viti Levu significa la "Gran Tierra", ya que es la isla más grande de un grupo compuesto por muchas islas grandes, por no hablar de cientos de pequeñas. Aquí y allá, en las costas, donde vivía la mayor parte de la gente en precariedad, había unos cuantos misioneros, comerciantes, pescadores y desertores de balleneros."

La historia comienza con una joven aristócrata, Ardita, en un yate anclado cerca de la costa. Ella está leyendo La revuelta de los ángeles de Anatole de France. Ella discute con su tío exasperado que intenta casarla con un joven llamado Toby.

Se trata de uno de los relatos centrados en el ambiente que Fitzgerald mejor conocía. Unos jóvenes universitarios están esperando a Ellen, la beldad de la facultad, para ir a una fiesta, pero Ellen se retrasa. De hecho, se escapa por la puerta de atrás de donde vive, y los jóvenes intentan seguirla, pero en vano. Sin embargo, tienen un golpe de suerte y la encuentra saliendo de un automóvil. Su acompañante es Joe Varland, alguien malcarado, cínico, provocador y violento.

Un joven doctor acaba de abrir una pequeña consulta en una ciudad rural del sur de Inglaterra. Ilusionado, espera la llegada de su primer paciente. Van pasando los días, pero no llega ninguno. Hasta que, una noche, su ayudante, abandonando momentáneamente su afición por los caramelos de menta, le comunica que hay una dama esperando a poder hablar con él en su consulta.

Una colección de cuentos y textos breves donde el terror y el intimismo se mezclan de la mano de uno de los maestros del cuento de terror japonés, Lafcadio Hearn. En ella, el autor presenta una serie de historias escalofriantes repletas de leyendas de amor y espectros, desde el canto de una cigarra hasta un detallado estudio de la yobina; a la vez que clama una vez más su amor por su país de adopción.

El compromiso político más profundo y la denuncia más contundente a la sociedad japonesa de principios del siglo XX se dan cita en estos tres relatos autobiográficos de la escritora Miyamoto Yuriko. Tres cantos en contra de la guerra, de los horrores de la bomba atómica y de sus consecuencias, a través de la experiencia de una mujer que es en realidad todas las mujeres japonesas de su época.

Al día siguiente, muy temprano, a la hora de siempre, Pinín y Rosa fueron al prao Somonte. Aquella soledad no lo había sido nunca para ellos hasta aquel día. El Somonte sin la Cordera parecía el desierto. De repente silbó la máquina, apareció el humo, luego el tren. En un furgón cerrado, en unas estrechas ventanas altas o respiraderos, vislumbraron los hermanos gemelos cabezas de vacas que, pasmadas, miraban por aquellos tragaluces.