Resultados Editorial "Audiomol" en Narrativa literaria

Mariano José de Larra y Sánchez de Castro nació el 24 de marzo de 1809 en Madrid. A partir de 1812 residió en Burdeos, ciudad en la que recaló tras el exilio de su padre, una persona de ideología liberal que había trabajado como médico del ejército francés durante la Guerra de la Independencia. En el año 1818 Larra regresó a España tras una amnistía.

En esta obra de madurez, Jorge Portocarrero propone adentrarnos en una fantasía -y un debate- que puede tener visos de convertirse en realidad muy próximamente... Se ocupa del siempre oscilante vínculo entre el Imperio y los pueblos en su día sojuzgados. El eje de esta nueva obra narrativa lo constituye una serie de asesinatos que parecen seguir una cadencia predeterminada desde un punto de vista docente.

Pizca de sal es una reflexión heterodoxa, dolorida, lúdica, sobre el amor. No amarás en falso, es el precepto al que han de remitir los demás mandamientos que la autora se impone para seguir viviendo.

Qué sucede cuando alguien toma el camino contrario al que estaba destinado? Esta podría ser la pregunta alrededor de la que se tejen esto 15 relatos de Marta Fernandez-Muro. Con una prosa esueta, sin adornos ni artificios, basandose en la observación de los detalles que forman la vida cotidiana, la autora nos sorprende con firos inesperados que desbaran el orden aparente de su narración,para dejar en el lector una extreña inquietud.

¿Y si el autor, "poniéndose en los zapatos" de mentes atormentadas, o decepcionadas o angustiadas o desesperadas o todo ello, nos conminara desde el surrealismo, la paranoia o la desdicha a ver la sociedad y la suciedad con esos ojos? ¿Y si el autor quisiera despertar las conciencias dormidas, la apatía, la desidia de las personas que nos vamos tornando masa? ¿Y si disparase en este diario en el sentido que da a escribir Vargas Llosa "Se escribe para llenar vacíos, para tomarse desquites contra la realidad, contra las circunstancias"?

Una vez más, Moreno-Ruiz, haciendo buena su aseveración de que siempre es reportero, incluso cuando escribe ficción, hibrida con humor situaciones reales sobre las que ensaya, en el sentido más intelectual del término -aunque según él cabe hacerlo como quien habla de rugby- a través de la ficción literaria.

Mientras descanso en el vestuario del hammam, un anciano ciego y nostálgico me pide que me convierta en sus ojos porque añora la varonil algarabía de los baños públicos. Así que acudo cada semana fingiendo seguir el ritual de limpieza para espiar en las salas vaporosas y anotar cuanto veo.

Este libro fue escrito durante la pandemia del Coronavirus o COVID 19, en los meses de marzo, abril y mayo de 2020. Fue un tiempo muy duro por la cuarentena que nos vimos obligados a guardar en nuestros hogares, sin poder salir más que para lo estrictamente necesario, con el miedo constante al posible contagio que podíamos tener con el contacto humano. Las consecuencias económicas se agravaron. Hubo muchos contagiados y lo que es peor de fallecidos.

"Despedidas" viene a ser el encuentro de la autora con su propia "voz", con esa voz interior que se fija esencialmente en la aventura de contar, de narrar historias, y en el hecho de hacerlo sin perder nunca esa escucha a la propia "oralidad" de la narración, sin traicionar el hecho de que son los propios personajes y sus circunstancias los que se impusieran a la hora de expresarse a sí mismos más allá de lo retórico o artificial que cada autor crea que es o debiera ser "lo literario".

Aparecen en estas nueve historias argumentos heredados de las corrientes realistas, aunque nerrados al tenor de los dictados de una prosa elegante y deudora de algunas vanguardias literarias.

La escucha de este audiolibro se extraen tres historias, tres momentos de una vida, que a veces funcionan de espejo en el que el oyente puede sentirse identificado. Todo ello con un dominio exquisito para la narrativa corta, un género que tiene similitudes a la poesía.

Azulejo es el tímido héroe de este relato, es uno de esos “niños de la guerra” que tanto se ha ocupado la literatura moderna española. Salvo en la primera parte del libro, donde el autor mantiene una quimérica conversación con el chaval considerado como un yo-otro independiente y autónomo, es el autor quien toma la palabra en tercera persona como cronista de la vida de ese niño, luego adolescente, hijo de una familia republicana en los años treinta y cuarenta del pasado siglo, los infaustos años de la guerra incivil y su primera posguerra.

Ya desde el título de esta nueva colección de relatos, Bárbara Aranguren nos señala la clave que recorre el libro entero: aprendemos a vivir gracias a las innumerables maneras de escapar que inventamos para poder precisamente vivir.

Arranca este cuentario, conjunto de cuentos o pequeños relatos, como ejemplo determinante de la vitalidad y fuerza de este género literario.

Vamos a asistir al relato de 187 horas de tiempo para contar y para “fondear” en la memoria a la búsqueda del final. 187 horas recuperando la imagen de la mujer amada y deseada, del padre odiado y buscado, de la ma­dre víctima ¿de qué?, 187 horas de diálogo con quien hace de juez de la cordura mental, de diálogo con el in­terlocutor que tiene en su sabiduría el poder de diag­nosticar lo que está bien y lo que está mal.

Igual que los granos de arena de las playas y los desiertos de la Tierra es la vida, un corto pasar y una al parecer eterna presencia en sus símiles.

La nieve sin derretir, es la otra nieve, esa voz que parece dormida y que lo cubre todo, hasta llegarse a enfurecer contra el olvido. Para Jesús Díez, escribir es una manera de viajar en el tiempo, atravesando la noche.

Un ángel penetra cada noche en el dormitorio conyugal y arrebata la ropa interior a la mujer, mientras el marido asiste pasmado a tan sagrada violación de la intimidad. El grupo de intelectuales sube a bordo de un globo aerostático para probar las sensaciones que expe­rimentara Antoine de Saint- Exupéry con la escritura de El Principito pero ¡cuidado! porque la nave viaja a la deriva...

La tripa de Jorge es un manojo de relatos surgidos de un propósito decidido de su autor: divertirse escribiendo y que quien leyere también se divierta, unas veces riendo y otras no tanto. El secreto para ser aburrido es contarlo todo, decía Voltaire. Los relatos que habitan este libro suelen dejar preguntas que el lector puede, si quiere, tomarse el trabajo de responder. Y si no quiere, pues tan amigos.

La llamada era virtual que se nos ha venido encima, se decía Román Calamonte, comporta la más flagrante y evidente superchería de este tiempo, con haber tantas patrañas y mentiras tan gordas y flagrantes, e ignominiosas otras...