Orville Burks
AUTOR

Orville Burks

Crecer en una familia mixta me enseñó a ver las cosas como son, sin nociones preconcebidas. Cuando era niño y crecí en un hogar cristiano, aprendí la importancia de distinguir el bien del mal. También me enseñaron a respetar a mis mayores y a todos aquellos que tenían autoridad sobre mí. Sin embargo, algunas personas malinterpretan el respeto a la autoridad y suponen que significa seguirla ciegamente sin cuestionarla, como una oveja que es llevada al matadero. Desde temprana edad aprendí a trabajar duro, cumplir con mis responsabilidades y asistir a la iglesia. En su mayor parte, eso ha sido cierto. Pero siempre he sentido un vacío muy dentro de mí. Es interesante notar que nadie en mi familia ha servido en las fuerzas armadas o como socorrista; sin embargo, siempre he sentido un profundo respeto y admiración por estas personas, aunque no estoy del todo seguro de dónde vinieron esos sentimientos. A medida que crecí, me di cuenta de la importancia de lo que me enseñaron y de lo que me perdí. Como padre de cinco niños excepcionales, traté de brindarles lo que había olvidado mientras crecía. Sin embargo, sólo ellos pueden responder a la pregunta de qué tan bien lo hice. En mi segunda carrera trabajando en la educación pública durante casi 18 años, he sido testigo de primera mano de la falta de respeto hacia algo más que los ancianos y las autoridades. Muchas personas no han aprendido a respetarse a sí mismas, y mucho menos a los demás. Me preocupa y entristece profundamente ver esto. Es hora de que los padres asuman responsabilidad e inculquen respeto en sus hijos, que los niños aprendan el valor del respeto y que Estados Unidos ocupe su lugar como lo mejor de lo mejor.
Leer más Leer menos

Títulos del autor