Títulos en Filósofos

El filósofo y escritor rumano Emil Cioran fue un escritor de aforismos contradictorios, amargos, irónicos, líricos y potentes sobre los temas más diversos: la alienación humana, el pecado original, el sentido trágico de la historia, el fin de la civilización, la negativa del consuelo de la fe, la obsesión por la vida eterna, el exilio, los totalitarismos, etc. Detestó nacer y tener que enfrentarse a la vida, pero leyó, se cultivó y no dejó de trasladar sus ideas para inducir a la reflexión.

Viktor E. Frankl, cuya primera crisis existencial le sobreviene a una edad tan temprana como la que tenía Mozart cuando compuso su primer minué, fue incapaz de no dejar su impronta en el siglo XX: el siglo del replanteamiento de todos los valores, de la vertiginosa aceleración de todos los procesos y de la decadencia de las costumbres sometidas a una constante manipulación cotidiana.

Preguntas aparentemente sencillas, como ¿qué te pasa?, ¿cómo te llamas? o ¿de dónde vienes?, nos van acercando poco a poco al centro más profundo de nuestra alma, allí donde se descubre la herida originada por las cuatro infinitudes esenciales: vida, muerte, tú y mundo. Jamás seremos demasiado humanos: si algún horizonte tiene sentido es el de llegar a ser más humanos.

Convencido de que uno de los hombres más inteligentes de la Tierra guarda el secreto del sentido de la vida y la inmortalidad del alma, el periodista Ricardo F. Colmenero se hace pasar por traficante de hachís y jugador de ajedrez para recoger los restos inmortales del comunista, del voluntario del Vietcong, del directivo del Instituto de Crédito Oficial, del presidiario, de la cobaya de estupefacientes, del primer repudiado por políticamente incorrecto cuando aún no existía lo políticamente incorrecto.

Sin dudas, el iniciador de la indagación racional sobre el universo, considerado el primer filósofo de la historia de la filosofía occidental, y el fundador de la escuela jónica de filosofía, según el testimonio de Aristóteles. Primero y más famoso de los Siete Sabios de Grecia (el sabio astrónomo), habría tenido como discípulo y protegido, según la tradición, a Pitágoras.

Nacido en Italia en el año 1224, Aquino fue un teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de Predicadores, principal representante de la tradición escolástica, y fundador de la escuela tomista de teología y filosofía. Conocido también como Doctor Angélico o Doctor Común, es considerado santo por la Iglesia Católica y autor de la gran "Suma Teológica", tratado en el cual pretende exponer de modo ordenado la doctrina católica.

Lo imaginamos caminando con un aire de desdén, desgarbado y sucio, mofándose de la idea de patria o polis. Vestido con un burdo manto y con su morral a la usanza de su maestro, Diógenes de Sinope, apodado "el Perro", proclamaba ser "ciudadano del mundo", después de renunciar a su fortuna y a su estatus privilegiado. Era la Grecia del siglo IV a. C., recientemente sometida por los ejércitos de Alejandro Magno, y el malestar de la época se manifestaba de varias maneras.

Rescatamos los pensamientos que Francesco Guicciardini, el gran padre de la historiografía moderna, escribió bajo el título de Ricordi. Estas notas aforísticas, que fue reuniendo en distintos momentos de su vida y en diversos períodos de su actividad como diplomático, permanecieron inéditas hasta 1857. Vecino de Maquiavelo, catorce años mayor que él, en la República de Florencia, su pragmatismo sujeto a las circunstancias del momento lo oponían en cierto modo al autor de El príncipe.

La historia de cómo cuatro genios revolucionaron la filosofía y cambiaron nuestra forma de entender el mundo. 

"Los últimos días de Immanuel Kant" sigue siendo uno de los textos más singulares y elaborados de Thomas de Quincey. Gracias en buena medida a las memorias firmadas por Ehregott Wasianski, el ensayista inglés pudo prestar sus palabras al fiel amigo de Kant y relatar los últimos momentos del célebre filósofo ilustrado. Siguiendo antojadizamente el flujo de los acontecimientos, De Quincey nos da cuenta en sus páginas de las preocupaciones que invaden ahora a ese pobre espíritu en otro tiempo brillante.