Resultados para "Julien" en Literatura y ficción

"Joe si guardò allo specchio. La mano di Fred intorno al suo cazzo gli donava. Era bello e davvero sexy. Per un istante si chiese quanto sarebbe stato sexy avere le labbra di Fred intorno, invece della mano. Non dovette domandarselo a lungo, perché Fred chinò la testa e iniziò a leccargli la cappella". Joe e Fred sono andati in auto da Los Angeles a Las Vegas e ora stanno tornando indietro attraverso il deserto. Joe maledice Fred per avere avuto quell'idea, visto che tocca a lui guidare mentre il suo amante se la dorme beatamente.

Barrie y Jonathan acaban de casarse y cada momento que comparten se siente como nuevo. Su primera mañana juntos, su primer beso, la primera vez que tienen sexo. Sin embargo, algunas cosas si son realmente nuevas. Como el hecho de que Jonathan hablara sucio. Y la manera en que toma la iniciativa. Al cogerse a Jonathan, Barrie siempre ha sido el activo, pero ¿cómo decirle que no al hombre de sus sueños? ¿Y por qué querría hacerlo, de todos modos?

Tony y Jack llevan años viajando por el mundo como exitosos músicos de rock. Se conocen muy bien. De hecho, se conocen más que bien y en ocasiones, como esa noche, Jack no puede evitar preguntarse qué tipo de relación mantienen realmente. Sabe que no están enamorados. Sabe que son grandes amigos. Y sabe que pasan veladas de sexo verdaderamente alucinantes.

"Voy a dejar que me cojas ahora, Max. Sé suave, ve lento, haz que dure. Max Campbell está acostumbrado a obtener lo que quiere. Eddie Patterson está acostumbrado a dárselo. Amantes y ex colegas, a Max y Eddie estaban acostumbrados a una caricia robada o una cogida frenética en el baño de la empresa. Eso, hasta que Eddie decidió vender sus acciones y dejar la ciudad. Caliente y harto de masturbarse o tener encuentros fugaces y sin sentido, Max se sube al auto para ir a visitar a su viejo amigo, desesperado por gozárselo."

"Ora lascerò che mi scopi, Max. Sii delicato, sii lento e fallo durare a lungo". Max Campbell è abituato ad averla vinta. Eddie Patterson è abituato a dargliela vinta. Per gli amanti ed ex colleghi Max ed Eddie, gli incontri rubati e le sveltine frenetiche nei bagni aziendali non sono una rarità. Cioè, fino a quando Eddie decide di vendere la sua quota e lasciare la città. Arrapato e stufo di masturbarsi o di avere insulse avventure di una notte, Max salta in auto per andare a trovare il suo vecchio amico, bramoso di averla vinta ancora una volta. Ma Eddie ha altri progetti.

"Deslizó la mano por su estómago, apenas rozó su cadera y acarició su pierna. Hizo lo que le habían indicado y tomó el dobladillo de su vestido y lo levantó hasta la cintura. Al deslizar sus dedos por debajo encontró el liguero, pero nada más. No había ropa interior. Tengo el presentimiento de que planeas seducir a alguien esta noche... murmuró."

Este audiolibro está narrado en Español Neutro y Castellano. "Ella lo sabe. Ah, vaya que lo sabe. Carajo. Y entonces ocurre. Su mano baja por un muslo y al llegar al sexo, lo palmea con suavidad. Con la mirada fija en él, con los ojos fijos en los suyos. Un cosquilleo familiar recorre sus partes bajas. Su pene está volviendo a la vida. Con rapidez" – Terraza con vista panorámica. Bajo el signo de fuego de Sagitario se dan estos encuentros sexuales intensos, sorprendentes, prohibidos... Una amiga que introduce a una pareja en el mundo swinger.

Maquillajes corridos, orgasmos inesperados, caricias que duelen, maratones de reflexión bisexual, lagartos ansiosos, medias desgarradas, amaneceres con extraños, natación en aguas de celos, veranos y sus consecuencias cardíacas, taxistas que quieren ser caballeros medievales, asesinos inocentes, actrices de empalmada, huracanes de desengaños, finiquitos manchados de carmín... Treinta y un instantáneas en la vida de parejas que se encuentran y se desencuentran.

Tony y Jack llevan años viajando por el mundo como exitosos músicos de rock. Se conocen muy bien. De hecho, se conocen más que bien. Pero esa noche Jack parece preocupado, hay algo que le da vueltas por la cabeza. Sin embargo, Tony sabe cómo transformar la noche en un festival de lujuria y diversión.

La estrella de rock Paul McKenzie tenía una nueva regla: ser fiel a su mujer. Algo en lo que había sido bastante bueno recientemente. Pero cuando se encuentra con su fan más devota, Candice, sola y llorando en una estación de servicio en el medio de la nada, no puede simplemente darle la espalda. Sus enormes ojos azules se ven tan desamparados. Aunque tiene bien claro en lo que se está metiendo, se ofrece a llevarla a Londres, porque ¿qué podría pasar en un auto a toda velocidad por la M20? Sin lugar a dudas, debía hacer lo correcto.

"Ella lo sabe. Ah, vaya que lo sabe. Carajo. Y entonces ocurre. Su mano baja por un muslo y al llegar al sexo, lo palmea con suavidad. Con la mirada fija en él, con los ojos fijos en los suyos. Un cosquilleo familiar recorre sus partes bajas. Su pene está volviendo a la vida. Con rapidez."

"Joe se miró en el espejo. Se veía bien con la mano de Fred alrededor de su miembro. Muy bien y muy sexy. Por un momento consideró lo sensual que se vería si los labios de Freddie tomaran el lugar de sus manos. No tuvo mucho tiempo para pensarlo porque Fred finalmente bajó su cabeza y lamió la punta de Joe". Joe y Fred habían conducido de Los Ángeles a Las Vegas y ahora van de regreso a través del desierto. Joe maldice a Fred por la idea, porque es el único que conduce mientras su amante ronca feliz a su lado.

"A través del borde de mi ropa interior, trazó la línea de mis labios mayores, casi haciendo que me viniera en el momento. Debe haber sentido la descarga de corriente que corrió́ por mi sistema cuando me tocó, tiene que haberla sentido…” – Todo está en las manos Si te gusta explorar tus límites sexuales y llevarlos más allá, estos relatos calientes están hechos para ti. Estos relatos te hacen participar de un trío en un club erótico así como seguir de cerca a una mujer deseosa que se arquea de placer entre manos expertas. De pronto, aparecerás en medio de una fantasía de ninfas y faunos.

Está acostumbrado a conseguir todo lo que quiere. Y ahora él la quiere a ella. Teléfono celular perdido, una vergüenza en el karaoke publicada en YouTube y vomitar en los zapatos de un chico hermoso. Fue una noche de fiesta para la, por lo demás, bastante tímida Adele, quien acaba de mudarse a San Francisco desde una pequeña ciudad. Afortunadamente, el chico tuvo la amabilidad de llevarla a casa de todos modos. Pero cuando comienza su nuevo trabajo el lunes, Adele se sorprende. ¡El hombre de la fiesta es su nuevo jefe, Logan Steel!

Se sabe: en la variedad está el gusto. Aquí se encuentran una variedad de relatos eróticos ambientados en París, como el de una periodista que rememora un amorío salvaje con su profesor durante los tumultuosos años 60. También están los relatos de dos antiguos amantes que, aún siendo amigos con beneficios, se reencuentran solo para descubrir que uno de ellos ha cambiado las reglas, haciendo todo aún más sensual.

Estos «diablos enamorados»—por primera vez en nuestro idioma en esta edición—son un exuberante desborde de posibilidades, invitaciones y perspectivas para transitar dichos márgenes de la literatura de la mano de un poeta esencial de la modernidad.

La relación entre Ellie y Paul Miller siempre ha sido profesional. Bien, casi siempre. Todo ha vuelto a la normalidad después de su encuentro en el bar, donde la situación subió de tono rápidamente. En un giro inesperado de los acontecimientos, Ellie termina a solas con Paul justo antes del preesteno de un nuevo espectáculo de Broadway donde los dos participan. Lo que empieza con una mano posada inocentemente sobre la pierna de Ellie, rápidamente se convierte en una repetición de su encuentro en el bar.

Cassidy Bowman sigue unas reglas muy estrictas para mantener su buena reputación: no sale con los habitantes del pueblo y, desde luego, no se acuesta con hombres con los que no está saliendo. Pero después de un encontronazo con su ex (y unas cuantas copas de más) está dispuesta a saltárselas.

Observé a Mark volviendo a la silla al ritmo de la música. Tenía un control total de su cuerpo, su mente, de la habitación y de mí. La escena hizo que mis pezones hormiguearan y sobresalieran a través de mi sujetador de encaje y de mi blusa manchada de vino. Cuando saltó sobre la silla y comenzó a mover sus caderas en círculo, girando su trasero melocotón hacia mí y poniendo sus fuertes brazos sobre su cabeza, ese hormigueo viajó hacia el sur a la velocidad de la luz.

Para Ellie nada es más sexy y exitante que las manos de un pianista. Cuando por accidente el pianista Paul la escucha hablar sobre su fetiche secreto una noche en un bar, él le hace una oferta que no puede rechazar.